Expuesto. Quizás esa sea la mejor definición que le cabe a un San Martín que dejó una triste imagen en el Bajo Belgrano; y que se retiró de Buenos Aires masticando bronca y pensando en cómo encarará lo que se le viene por delante en el torneo de la Primera Nacional.
Los jugadores y cuerpo técnico de San Martín se retiraron del estadio sin dar declaracionesLa decepción no fue sólo porque la derrota que se dio en tiempo de descuento; sino porque durante la segunda mitad el “santo” mostró todos y cada uno de los errores que viene acarreando a lo largo de la temporada; y que por ahora parecen no tener en solución.
¿Cómo sigue el camino de San Martín en la Primera Nacional?Lo más destacable (y preocupante)es que el equipo se cayó en el momento definitorio de la temporada. De las últimas cuatro fechas, San Martín solamente obtuvo tres puntos (tres empates consecutivos y la derrota contra el “dragón”) y anotó sólo dos goles (uno de penal). Esos son números críticos y desalentadores para un equipo que tiene como aspiraciones luchar por el ascenso a la Liga Profesional.
Los nervios parecen ser la principal causa de los malos resultados. Siempre que la victoria pasó a ser una obligación para mostrar la chapa de candidato; el equipo no estuvo a las altura y no encontró ningún tipo de respuestas. Todo lo contrario.
San Martín de Tucumán volvió a dejar dudas y el sueño pende de un hiloEse fue el motivo por el que, a lo largo de todo el torneo, dejó pasar chances inexplicables que podrían haberle dado un resultado totalmente diferente en el final la fase regular.
En el “Juan Pasquale”, la casa de Defensores de Belgrano, San Martín sólo puede apuntar en el haber el buen pasaje de fútbol que mostró durante los primeros minutos de juego y en que, además, logró quebrar una racha sin marcar goles luego de dos 0 a 0 (contra Deportivo Morón y AlmiranteBrown), que habían entregado un sabor amargo en La Ciudadela.
Sin embargo, la falta de lucidez del medio hacia adelante parece ser un problema sin solución por el momento. Pablo Frontini cambia los nombres, pero el equipo no encuentra el juego.
Ni Leonel Bucca, ni Leandro Ciccolini, ni Brian Andrada, ni Gervasio Núñez, ni Enzo Martínez pudieron calzarse el traje de conductor y el equipo fue perdiendo protagonismo y poderío ofensivo.
Su principal déficit en el último tiempo fue lograr generar peligro sobre área rival y eso también quedó evidenciado en el duelo contra el “dragón”. Fueron contadas con las manos las situaciones en las que pudo acercarse al arco defendido por Ignacio Pietrobono.
San Martín dejó otra vez en claro que si los delanteros llegan a tener una que otra chance de gol es más por empuje individual que por juego colectivo.
Para colmo, en esta ocasión el “santo” volvió a dejar en claro que nunca fue un equipo que sepa interpretar los tiempos del partido. Con la ventaja en el marcador, tampoco logró imponerse y mucho menos aprovechó la necesidad que tenía su rival; que debía ganar para entrar al Reducido.
San Martín terminó como el equipo con menos goles en contra de la zona A. Sin embargo, no es sólido en el bloque bajo. Más de una vez mostró signos de inmadurez (encajó nueve expulsiones en la fase regular) y además, también una que otra descoordinación en la zaga central.
Claro, tuvo en Darío Sand un arma clave para sostener al equipo cuando las papas quemaban.
En los últimos cinco partidos, Frontini solamente acertó los cambios en la lejana victoria ante Patronato en Paraná. Nunca más pudo encontrar soluciones en el banco y en más de una oportunidad terminó desarmando al equipo.
Por viejos errores que nunca pudo solucionar, el “santo” se quedó al margen de la lucha por el primer ascenso. Tiene dos semanas para trabajar (y mejorar esas falencias), de lo contrario puede quedarse sin el pan y sin la torta.